ANUARIOS

Acertar con el formato en un diseño supone muchas ventajas, tanto económicas como ecológicas y estéticas.

El formato está relacionado directamente con la utilidad del producto, además existen muchos formatos estándares, lo que provoca y dinamizar la composición y rompe con la monotonía visual que estanca al espectador en la redundancia del gusto de la época, así como provocar la crítica y el debate en la comunidad, permitiendo la regeneración del interés por aquello que se repite anualmente entendiéndose como “habitualmente monótono”.

La variedad de los formatos casi siempre es por razones ergonómicas; el cartel debe ser grande, un sello pequeño, un libro suficientemente grande para poder leerse, pero no mucho para poder manejarlo con una mano, que permita una lectura más continuada sobre una línea horizontal etc.

El público al que dirigimos el producto, su función y su tipología condicionan en definitiva el formato de cualquier diseño.

Dos aspectos importantes que considerar en relación por el formato son el tamaño y la proporción.

El tamaño en el diseño gráfico es un elemento de impacto visual que ha de determinarse en función de las necesidades comunicativas del producto gráfico.

Las formas básicas del tamaño son:

Cuadrado: estabilidad, seguridad, equilibrio. Es apropiado para elementos gráficos tanto en vertical como en horizontal. Transmite dureza, frialdad, sequedad y masculinidad.

Vertical: (el más habitual) es la forma natural, fácil de manejar y la habitual en el uso. Los tamaños más adecuados para optimizar la utilización de los estándares de papel son 15 x 21 centímetros y 17 x 24 centímetros.

Horizontal: está recomendado para imágenes panorámicas de gran tamaño y para visualizaciones más completas y aunadas, pero hay que tener en cuenta que puede resultar incómoda debido a su gran horizontalidad y que todo está diseñado en función al formato vertical.

En cualquiera de las formas utilizadas nunca debemos colocar elementos gráficos que nos obliguen a girar la posición de lectura natural; por ejemplo, colocar en vertical una imagen horizontal para aprovechar la maqueta.

Este análisis no contempla el libro objeto o libro de artista como producto normalizado, ya que generalmente estas aplicaciones se salen precisamente de la norma y de los estándares.

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